Sierra de los Molinos

Sierra de los Molinos

CAMPO DE CRIPTANA
“En esto descubrieron 30 o 40 molinos de viento que hay en aquel Campo…” El de Criptana. Cervantes iniciaba así el capitulo octavo del Quijote, quien los confundía con gigantes contra los que luchar. Inmortalizado en la literatura, este espléndido conjunto del patrimonio industrial y Bien de Interés Cultural despliega sobre la meseta la potencia de su imagen, que nos hace a todos confundirlos también con esa imagen literaria.

Son molinos del tipo “torre”, construidos en mampostería y blanqueados con cal. Tienen una planta circular horadada de ventanucos, guía para la orientación del viento, que indicaba hacia dónde girar la cubierta cónica para que sus aspas aprovecharan el viento a conveniencia. Tienen tres plantas: la superior con las piedras de moler y las inferiores de almacén y embalaje.

Los Molinos despliegan sus aspas y proyectan una red de sombra sobre nuestra visita en la amplia solana manchega. Los antiguos, Sardinero, Burleta e Infanto; soberanos del tiempo y los relatos, permanecen en pie desde el siglo XVI, conservando su mecanismo original.

MOLIENDA

La molienda tradicional consiste en el proceso de elaboración de harina a partir de la trituración del cereal, bien para consumo humano, bien como pienso para los animales. Los cereales más utilizados en esta zona son el trigo, la cebada, y los “titos”, cuya harina se utiliza en la elaboración de las tradicionales gachas manchegas.

La primera operación de la molienda consiste en la colocación de las aspas de cara al viento. Para detectar por dónde viene el viento el molinero subía a la planta superior del molino y por medio de los ventanillos ubicados en esta, podía conocer la dirección del viento dominante en cada momento. Las aspas vestidas con sus lienzos se orientaban hacia el viento.

Para esta operación, el molinero usaba un torno portátil que se iba encajando en cada uno de los postes de piedra, llamados “hitos de amarre” que se encuentran clavados en el suelo alrededor del molino. El torno llamado borriquillo disponía de una cadena que se ataba al extremo del palo de gobierno (largo mástil que sirve para girar el mecanismo). Para conseguir el giro deseado no había más que ir poniendo el borriquillo en los hitos de amarre sucesivos y repetir la operación.

Con todo el mecanismo exterior en funcionamiento, el movimiento vertical del eje que sujeta las aspas se transformaba en horizontal a través del engranaje que realiza la rueda de madera de mayor tamaño, llamada rueda catalina, con la de menor tamaño, llamada linterna, y pasaba directamente a la piedra a través de un eje que comunica ambas.

Los sacos de grano se subían a hombros hasta la planta superior y se vaciaban sobre la tolva (depósito de madera colocado a tal efecto), para posteriormente caer de forma gradual desde una canaleja de madera al interior de las piedras.

El movimiento de la piedra superior o giratoria sobre la inferior fija es el que tritura el grano, el cual discurre por unas pequeñas incisiones realizadas a mano. El grano, una vez molido, cae por un canalón de madera hasta la planta intermedia, en cuyo extremo se colocan los sacos para llenarlos de harina.

Las moliendas tradicionales suelen tener lugar los primeros domingos de cada mes, aunque es recomendable consultar fechas y horarios en la Oficina de Información Turística.

Localización

Datos de interés:

  • Dirección: Sierra de los Molinos | Campo de Criptana
  • Horario:
    Abre todos los días. Consultar Oficina de Turismo para Visitas
  • Las moliendas se realizan el primer domingo de cada mes.
  • Precio entrada molino histórico: 3 € (tarifa normal) y 2 € (tarifa reducida)
  • Moliendas: Gratuito
  • Contacto: Oficina de Turismo de Campo de Criptana

Plan recomendado para:

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